María Elena Yrizar Arias
Al difundirse la propuesta en voz del diputado Gerardo Serrano Gaviño, de que los diputados sean profesionistas, ha generado una serie de opiniones que van desde la aceptación hasta el rechazo. Por la siguientes razones:
Veamos qué dice la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos al respecto: El artículo 55 establece que para ser diputado se requiere: I. Ser ciudadano mexicano, por nacimiento, en el ejercicio de sus derechos; II. Tener veintiún años cumplidos el día de la elección; III. Ser originario de la entidad federativa en que se haga la elección o vecino de esta con residencia efectiva de más de seis meses anteriores a la fecha de ella. Para poder figurar en las listas de las circunscripciones electorales plurinominales como candidato a diputado, se requiere ser originario de alguna de las entidades federativas que comprenda la circunscripción en la que se realice la elección, o vecino de ella con residencia efectiva de más de seis meses anteriores a la fecha en que la misma se celebre. La vecindad no se pierde por ausencia en el desempeño de cargos públicos de elección popular; IV. No estar en servicio activo en el Ejército Federal ni tener mando en la policía o gendarmería rural en el Distrito donde se haga la elección, cuando menos noventa días antes de ella.
La ley se refiere a otros aspectos más, pero sólo cito estos porque son necesarios para este caso. Como se puede desprender de lo anterior. La Constitución en ningún momento habla del nivel académico de los aspirantes a diputadas o diputados. Ni siquiera exige que sea alfabeto.
La razón por la cual la Constitución sólo establece estas condiciones, obedece a que los congresos deben estar integrados por las personas que tienen liderazgo y representación de los sectores sociales que predominan en los estados y la nación. Así que es claro entender que existen líderes campesinos o indígenas que llegan a los congresos y estos no cuentan con la preparación escolar que tienen otros líderes de otros sectores que sí tuvieron acceso a las universidades, por sus condiciones geopolíticas. Así que pedir que sean profesionistas sería un acto de discriminación social y violatorio de sus derechos humanos y políticos.
También es entendible que si un diputado tiene o no preparación profesional en la materia legislativa, eso está de antemano resuelto, para eso se inventaron los institutos de investigaciones legislativas estatales y la del Congreso en la Cámara de Diputados Federal, donde existen asesores en la materia que ayudan a los diputados a elaborar sus propuestas, porque es lógico que si no son abogados o tienen otras profesiones, es difícil que estén empapados en la materia jurídica, o bien, tengan los criterios adecuados para hacer propuestas que se saquen de sus mangas, como es el caso de la propuesta a que se refiere este artículo. O bien, que las bajen del Internet, como ha habido varios casos.
Además, es importante señalar que dentro de los congresos existen las comisiones, que hacen estudios previos y tienen desde sus secretarios técnicos y sus respectivos asesores, así que, son esas personas las que ayudan a los diputados a elaborar las propuestas o dictámenes que serán primero aprobados en corto en las comisiones antes de llevarlas a discutirse y aprobarse al pleno, así que existen trabajos previos, para que cuando llegue una propuesta al pleno ya haya sido adecuada a la ley nacional y estatal, como lo establece la ley. No es un asunto de proponer por proponer. Hay que tener fundamentos jurídicos de peso y también de lógica jurídica.
Hay que recordar que el mismo Serrano Gaviño propuso que la edad para ser diputado fuera 18 años, y entonces cabría aquí la pregunta de ¿cómo le haría alguien que sea diputado o cualquier ciudadano para ser profesionista a los 18 años de edad, si a esa edad apenas andaría alguien pretendiendo ingresar a la Universidad? Pues las propuestas estas, el de ser profesionista y tener 18 años, son imposibles en lo general.
Algunos diputados del Congreso de San Luis Potosí, cuándo leemos sus simples notas que publican en el Internet, tienen faltas de ortografía, y son profesionistas. ¿Entonces, de qué sería garantía que sean profesionistas, si supongamos que uno de esos profesionistas fuera dentista o cirujano, eso qué tiene que ver con la materia jurídica y las cuestiones legales del Congreso?
Por sentido común, todo representante debe y está obligado a buscar el mejor consejo profesional de aquellos que saben o tienen más edad y experiencia que ellos y saben sobre los temas jurídicos.
¿Apoco porque algún diputado sea profesionista sería garantía de que sean honestos? Y sobre la corrupción y la capacidad, ¿podría suplirse con la preparación universitaria? No olviden que la llamada educación no es sinónimo de valores éticos, eso de la ética, se mama en el hogar.