DIPUTADOS, DE VÍCTIMAS A VICTIMARIOS

María Elena Yrízar Arias

Debemos recordarles a los diputados del Congreso potosino que el 11 de abril pasado sus compañeros Fernando Chávez  Méndez, del PRI, Sergio Serrano y Manuel Barrera, del Partido Verde, quisieron acallar las críticas ciudadanas y presentaron una iniciativa de “acuerdo económico” con el objetivo de que se eliminaran los apoyos económicos legislativos que reciben los diputados y así dar respuesta a la relevante demanda ciudadana, que en múltiples ocasiones y por los diversos medios de comunicación han dicho hasta el cansancio que los salarios que perciben los diputados potosinos son exagerados y los más altos a nivel nacional.

La iniciativa del acuerdo económico aparentemente busca terminar con los gastos y apoyos extraordinarios, pero la finalidad es todo lo contrario, porque parece que hay una treta en el fondo y es que su sueldo se integre con la llamada dieta mensual dizque por concepto de apoyo legislativo, mismo que tenían la obligación de comprobar y a veces lo hicieron con compras de ropa interior, alimentos, botanas, utensilios, gasolinas de sus propios negocios y otras incongruencias, y al parecer hasta con facturas de origen dudoso, pero con conceptos de apoyo legislativo, sin precisar en qué consistía dicho apoyo. Como trascendió lo anterior, había generado una serie de comentarios, críticas de muchos ciudadanos, que inclusive se supo a nivel nacional porque esta circunstancia fue difundida.

Muchos de quienes leímos lo anterior y conociendo de sobra la voracidad de algunos de los diputados, pensamos que si bien por un lado sería una medida muy justa y correcta que sólo perciban un salario fijo y que no había razón para que reciban más dinero, que su labor es de legisladores, no otra actividad. El otro aspecto era muy difícil pensar que los diputados actuaran con congruencia con ese acuerdo económico, que parecía ser bueno, pero no lo era, sólo era engañoso, porque los diputados no tienen llenadera –como se dice popularmente– y que son cínicos de por sí, pues no les importan en lo más mínimo las opiniones en su contra. Más bien dicho, quisieron que nos fuéramos con la finta de que efectivamente habían escuchado las peticiones ciudadanas.

El 2 de junio pasado, en el pleno del Congreso, se dijo entre los supuestos argumentos en que se fundamentaba el acuerdo: “Debido a que ante las constantes peticiones y reclamos por parte de la ciudadanía de que los diputados reciben una remuneración congruente con la labor desempeñada y también  apoyos legislativos que en ocasiones se presta a una mala aplicación de dichos recursos, resulta  imperativo aplicar  medidas de austeridad en el gasto del Poder Legislativo de San Luis Potosí, entre las que son viables la eliminación de algunos apoyos legislativos, ya que los mismos no afectan el cumplimiento de las metas de carácter legislativo, ni de conservación y adaptación de las instalaciones, ni compromisos  del desarrollo del trabajo legislativo”.

Hasta aquí, vemos que los diputados como eran víctimas de las críticas de la ciudadanía, pues algunos ya citados se les ocurrió esa propuesta de eliminar los apoyos legislativos, para combustible y gestoría, entonces habría un ahorro anual de 8 millones 904 mil 168 pesos para el Congreso del Estado.

Ahora los diputados, después de cuatro meses, de pronto, el 18 de agosto pasado, se fueron al otro extremo, inclusive los mismos diputados autores de la propuesta de eliminación de apoyos legislativos, pues resulta que la olvidaron y su situación de ser las víctimas de las críticas de los ingratos ciudadanos que no los comprenden y mejor para ellos, pasaron de víctimas por la polémica a victimarios con el hecho de subirse el salario e integrar al mismo los apoyos económicos, así nuestros representantes, por acuerdo de ellos mismos, aprobaron el aumento de la dieta, pasando de una percepción de más de 90 mil pesos mensuales a un ingreso bruto de 162 mil pesos, y neto de 137 mil pesos.

Los diputados victiman la economía potosina, el erario, la dignidad de los ciudadanos. Su conducta nos agrede a los ciudadanos, nos ataca, ataca a los pobres y nos indigna. Es una actitud abusiva que deberá tener consecuencias en las próximas votaciones. Con razón crece la posibilidad de elecciones independientes.

Con esas actitudes, señores diputados, ustedes han contribuido a deteriorar más su imagen  y la del Congreso. Ustedes recurren a métodos clientelares para justificar su falta de imaginación para proponer o modificar leyes. Por eso es lógico que ustedes no deseen bajarse el suelo ni renunciar a los recursos que manejan supuestamente para gestoría, por eso se despacharon con la cuchara grande. Y desde luego, nos victimaron alzándose sus salarios. Que poca manera de vernos la cara.

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