María Elena Yrízar Arias
En una entrevista que le hiciera anteayer el periodista Samuel Estrada al diputado local Alejandro Segovia Hernández, al preguntarle sobre los resultados de la evaluación que hizo la agrupación Congreso Calificado, que lidera el abogado José Mario de la Garza Marroquín, en donde se volvió a calificar al legislador como el menos productivo, categóricamente contestó: “¿Pues qué esperaban de un cajero de una frutería?”, nota que se lee en http://lajornadasanluis.com.mx/politica-y-sociedad/pues-esperaban-cajero-una-fruteria-segovia-hernandez/
Pareciera muy simple su respuesta, pero habrá que hacer un análisis de las circunstancias que anteceden a esta designación del diputado Segovia Hernández y el porqué de los resultados.
Su antecesor en la Legislatura fue su hermano Juan Manuel Segovia Hernández, quien había sido dos veces presidente municipal de Cedral y luego diputado local; con el trato personal como presidente municipal y luego como diputado fue ganándose el aprecio del gobernador Fernando Toranzo Fernández, hasta se hicieron compadres y solían disfrutar juntos de ratos de esparcimiento en el Altiplano, principalmente en Catorce y Cedral, donde organizaban veladas y convivios. También fue ampliamente conocido el progreso de negocios de invernaderos que hicieron en la zona.
Entonces Juan Manuel Segovia, siendo muy amigo del gobernador, le propuso a su hermano Alejandro para que fuera diputado por el distrito de Matehuala y así el gobernador impuso al hermano de su compadre como diputado del PRI, pero el ahora legislador Alejandro Segovia antes de ser candidato estaba muy entretenido en Matehuala administrando una gasolinera de la propiedad familiar y cobrando en la caja de la frutería Pocaluz, cuando tuvo que prepararse para asumir el oficio político, el cual no dominaba por falta de experiencia en el ramo, pues es empresario, pero sobre la marcha hizo su campaña política y resultó diputado local. Así las cosas, llegó al Congreso a ocupar el lugar que había dejado su hermano y para el 15 de noviembre de 2015 se dio a conocer la noticia de que el ex diputado Juan Manuel Segovia Hernández falleció a consecuencia de un accidente, lo que dejó al hermano desolado.
Al menos parece honesto el diputado Segovia, pues ahora enfrenta una realidad diferente a las expectativas que debió tener antes de la muerte de su hermano, pues era lógico pensar que lo asesoraría en el desempeño del oficio legislativo, pero su hermano murió y el anterior gobernador ya no está.
El resultado del desempeño del diputado Segovia no sólo es su responsabilidad, sino también del equipo de asesores que el Congreso le tiene designado, que deberían orientarlo en sus labores, entonces nos preguntamos ¿y los asesores qué hacen? ¿Por qué no le inventan alguna propuesta de ley a su nombre? Y los estrategas de inteligencia del gobierno ¿en qué sentido están impulsando el trabajo legislativo o dándole cuando menos algunos tips al legislador? ¿Y el PRI, qué hace para que su diputado Segovia pueda desarrollar mejor su trabajo? Digamos que pensando en que los malos resultados de los legisladores quitan votos a favor del PRI en las próximas elecciones y que hay que estar bien posicionados para la posible reelección.
Lo que sí debería resultar preocupante para el gobierno es que el diputado Segovia se refiera a ellos con una afirmación categórica que dio como respuesta sobre la calificación del desempeño, a lo que dijo que según los resultados “los 27 diputados somos unos burros, entonces ya nos llevó la jodida, en pocas palabras ya nos llevó la chingada ¿Qué vamos a hacer los potosinos con un montón de diputados burros y de secretarios pendejos, huevones y rateros?”. E inclusive agregó: “doy lo mejor que puedo, estoy aprendiendo como diputado, que me ha costado mucho porque nomás nos hacemos pendejos todos”.
Si esa es la realidad de los diputados, expresada por uno de ellos, entonces ¿qué podemos esperar los potosinos de nuestro Congreso? ¿Qué podrá hacer el gobernador con los diputados? ¿Y su líder de bancada? ¿Y el Congreso mismo? Bueno, hay que preguntarnos si acaso no habrá ciudadanos con conocimiento del oficio político como para que los partidos pongan el ojo en personas que puedan ser excelentes diputados?
Lo que afirma categóricamente el diputado Segovia sobre todos sus demás compañeros sí que los ubica en su pobre realidad.