Ing. José Ismael Leyva Nava
Si, la gran mayoría de los políticos, se han encargado de provocar aversión hacia la Política, ciencia encargada del estudio de los gobiernos y las sociedades humanas y donde, los que la practican directamente; mandatarios, servidores y funcionarios públicos, deberían tener la premisa, en todas sus acciones, de buscar el beneficio de las mayorías, de ser un instrumento de la voluntad de la gente y principalmente ejecutar el mandato, que los mandantes, o sea el pueblo, les dicte. Quien sigue esa premisa moral sin duda es un buen político. ¿Pero realmente quién de ellos la está cumpliendo a cabalidad? Y no sólo como una excusa, para usar a la población como bandera para justificar acciones inmorales o para simplemente hacerlas sin importar la voluntad del pueblo.
Apenas ayer, todos los diputados locales del congreso de San Luis Potosí, por unanimidad, de todos los colores, aprobaron un aumento donde prácticamente doblarían su salario, y de ganar alrededor de cincuenta mil pesos, ahora ganaran ciento veinte mil pesos. Mi pregunta, ¿A usted lo consultaron para auto-otorgarse ese beneficio? Si a usted, al señor de la esquina, al trabajador, a la ama de casa, al empresario etc. en esencia, a todos los ciudadanos que no dependemos de institución gubernamental o partido político alguno. La respuesta, sin temor a equivocarme es que no. Su diputado no le pidió su opinión, no subió a su página de redes sociales su intención para pedirle su anuencia, su permiso para hacerlo. Simplemente lo hizo porque pudo, porque pueden y legalmente nada se los puede impedir, ya que ellos mismos se auto regulan las percepciones que reciben.
El pretexto para este acuerdo, es que se eliminó los apoyos que recibía cada diputado local, para a su vez apoyar a diferentes sectores, debido a la presión que diferentes organizaciones ciudadanas hicieron por la falta de transparencia en las comprobaciones. No dudo que a algunas personas recibieran esa ayuda en su totalidad o de forma parcial, pero también no dudo que muchas ni siquiera lo recibían. Los apoyos eran en función de la voluntad de cada diputado y a su criterio, a quien otórgaselo. Las comprobaciones iban desde apoyos justificados y sustentados hasta la compra de calzones.
Creo que no se debió presionar por la eliminación de estos apoyos, sino por la canalización correcta del manejo del recurso a través de instituciones estatales, con mecanismos claros que obligaran a trasparentar y sustentar el otorgamiento de apoyos bajo una estricta fiscalización y estudios socio-económicos de los beneficiarios.
Lo que siguió a la eliminación de estos apoyos, fue una acción reprobable y fue darle la espalda a una sociedad, que en ningún momento, le dio la autorización para que se auto-otorgaran ese beneficio. Dudo mucho que siquiera merecieran el sueldo anterior, por lo pobreza de resultados en el congreso, mucho menos del recién aumento, que usted está pagando con sus impuestos.
Con acciones como estas simplemente confirmamos que no nos representan, que su mundo de ensueño está lejos de una realidad recalcitrante que todos los días tenemos que vivir millones de mexicanos, donde más de la mitad de su población sufre una grado de pobreza y donde un sector apenas gana veinte pesos diarios para sobrevivir.
Lo que si podemos hacer como mandantes, es simple, pero es la mejor forma de revertir la decisión que un grupo de persona tomó por millones de potosinos. Es mandarle un mensaje, una carta, un twit, un desplegado, algo que regrese al diputado del mundo de fantasía en el que vive y lo haga poner los pies en la tierra, y decirle que basta de abusos, que estamos en total desacuerdo de que perciban en un mes, lo que no ve un trabajador en todo un año. Que su principal función es legislar y vigilar el correcto desempeño del gobierno, no usar recursos o apoyos para mejorar su imagen ante posibles votantes. Empecemos hoy, hagamos ciudadanía, ayudémonos a nosotros mismos. Involucrémonos, hagamos buena política ciudadana.