Ante las fuertes lluvias que se han presentado en la región nuevamente se inundó el Templo de San Salvador de Orta, donde jóvenes y adultos de grupos Franciscanos se pusieron a sacar el agua del lugar, para evitar que se echaran a perder bancas entre otros muebles de madera que ahí se encuentran.
Fue dentro de la administración de Francisco Javier Hernández Loera cuando inició el problema de las inundaciones en el Templo de San Salvador de Orta, debido a la obra que se hizo de remodelación en las calles que rodean la iglesia, y se puso una barda en Insurgentes y cerca de la Presidencia Municipal, lo que provocó embudo o cuello de botella inundando el Templo cada vez que llueve fuertemente.
Cuando el presbítero Antonio Ruiz Domínguez fue Vicario General de la Diócesis de Matehuala habló con el presidente Francisco Javier Hernández y después con Fermín Ávila Lucero, quienes no hicieron caso al problema, por lo que el presbítero busco la forma de evitar que se metiera el agua a la iglesia colocando láminas especiales en las entradas del templo, pero cuando la lluvia se viene fuerte como en estos días como quiera se inunda la iglesia.
Actualmente se está construyendo un atrio en el templo una obra que se está efectuando por que el Presidente José Everardo Nava escuchó las peticiones del padre, sin embargo, esa construcción sólo agravó el problema, pues cada que llueve esta iglesia se inunda, corriendo el riesgo de echarse a perder las bancas ya que estas se llenan de lodo y lo mismo pasa con el reclinatorio para hincarse, además el guardapolvo que se colocó hace poco es de madera y también termina dañado por la humedad.