A nombre de San Luis Potosí, el Gobernador del Estado Juan Manuel Carreras, recibió de parte de ex integrantes del Escuadrón de Aviación Militar 201 de México, una réplica de la bandera emblema del grupo durante sus batallas en la Segunda Guerra Mundial y un libro de memorias, mismas que serán resguardadas para su exposición en Palacio de Gobierno.
En una ceremonia efectuada en la explanada del Museo del Ferrocarril, en la que se le rindió homenaje al «Escuadrón 201», el jefe del Ejecutivo estatal, acompañado del General de Brigada Jesús Alejandro Adame Cabrera, Comandante de la 12a Zona Militar, destacó que el estandarte y el documento estarán a la vista de las y los potosinos en un lugar especial a fin de que la población y visitantes puedan conocer parte de la interesante historia que versa en torno al valiente grupo de mexicanos.
“Fue un capítulo muy importante de la historia de México, de nuestro ejército mexicano, para defender principios y valores. Es la primera vez –y espero que sea la única- que el ejército mexicano ha peleado en una batalla de gran magnitud fuera de nuestro territorio. Estamos muy honrados y muy agradecidos con los sobrevivientes de este escuadrón”, puntualizó.
Señaló que este capítulo de nuestro ejército mexicano y de nuestra vida histórica nacional será retomado en las escuelas.
En el evento estuvieron el Capitán Primero de la Fuerza Aérea, meteorólogo previsor retirado José Arroyo García, así como Fernando Nava Musa, quien ostentó el grado de Sargento Segundo.
De acuerdo con José Luis Martínez López, dirigente del club aéreo de San Luis y descendiente de uno de los miembros del batallón, “las victorias fueron numerosas, sobresaliendo la eliminación de fuentes abastecedoras de armamento en sitios intrincados a donde los mexicanos con astucia y determinación se atrevieron incursionar”.
Se estima que alrededor de 300 compatriotas fueron destacamentados en el frente en las islas Filipinas para frenar las pretensiones del ejército japonés, con aviones tipo P47, con un peso de 8 toneladas y capacidad de carga de mil kilos de explosivos y 8 fusiles de ráfaga perforadora para la eliminación de flancos peligrosos o de riesgo.
De conformidad a la historia, el escuadrón fue reconocido por el propio general Douglas MacArthur, comandante supremo de las fuerzas aliadas en el Pacífico, por su destreza y fortuna, ya que sólo sufrió la baja de cinco valerosos combatientes.